He decidido por los dos.
He decidido dejarte ahí, a donde perteneces...
Punzante sensación de oro, aliviadora como dormir varias horas estando cansado, pero siendo sumamente simbólico mi despertar.
Vos abrazando muñecos sin alma, y yo, siendo como un Wally, esperando que alguien, tal vez la arquitecta de mi vida, me encuentre, rayado, con anteojos y bondadoso, entre la multitud.
Cables, cables por todos lados, con los cuales nos comunicamos, con los cuales salimos a pasear, con los cuales me ahorco cada noche, por los cuales se van los dolares del tiempo entre la ilusión de vivir acorralados.
Yo no soy, déjame decirlo, quien escuchara a través de un parlante, el monologo de tu estúpida vida.
Cambió todo.
Ahora vivo solo, (el que avisa no traiciona) me gané una casa. Es mi casa, es mi santuario, donde yacen mis sueños, donde cantamos juntos los anhelos y el paisaje. Donde no te dejaría entrar nunca.
No quiero ni tu respuesta, ni que leas esto si es posible. Vos te suicidaste sola frente a mis ojos abiertos con dirección a nuestros sueños.
Sola decidiste irte.
Buen viaje!
Arrivederci!