jueves, 15 de mayo de 2014

Pasear conmigo.

                                                                         

                                                                          L


- Ya me siento mejor -
dijo el niño, con la comisura de su boca llena de tierra luego de haber vomitado. Era muy delgado, y al charlar con el un rato sentados en el cordón de la vereda, me di cuenta que era un adolescente, y era mas Lucas que yo mismo. Tan solo tenia puesto un pantalón de jean negro, cortado tipo bermudas, y unas zapatillas all star negras.
- vomitaste porque tomaste mucho no? - le pregunte con un poco de sorpresa ante la fuerza que había hecho para vomitar.
 - no, ni siquiera comí el día de hoy - me dijo, mirando el suelo. - aunque lo intente, no podré, hay algo que me saca las ganas de hacerlo -
Me recordó mucho a ciertos momentos de mi vida. Me vi reflejado en sus ojos abombados por la presión, en la tierra en su boca, en el vomito del suelo. Le explique que nada debería ponerlo así. Intente ayudarlo y lo logré. Le compre pantalones nuevos, y algunas camisas. Las zapatillas las dejamos porque son emblema de callejero. Caminamos largos ratos conversando por Corrientes, Av. de Mayo, Callao, Piedras, 9 de Julio, entre otras... para intentar comprendernos. Me contó de sus amigos, de sus logros, de sus canciones, de sus poesías... y de un error, que le causo una caída. Me contó de sus llantos, de sus amores, de sus placeres y sus manías. De sus noches, y sus mujeres, de su paciencia, y su rebeldía. Ah! ese chico, ese mismo que veo como si fuese un espejo, me hablo de amor! me hablo de entrega y de averías...de peleas, y alegrías, de llantos, de largos llantos en noches eternas...y de dormir enredado al amor de su vida.

Lo invite a tomar un café, café doble por cierto. No tocó las galletitas.

Me habló de su infancia, de sus sueños, me habló de su familia, y las historias que le contaba su papá antes de ir a dormir, de el barco de madera que le había hecho su abuelo, de su bicicleta y de sus cuatro hermanas. De sus perros, de sus gatos, de su tio que le enseño a tocar la guitarra, de su tia que le enseño a ayudar, de su madre que le enseño a orar. De su abuelo que le enseño a quejarse, de su abuela y sus historias del campo. Y su otra abuela que le enseño a seguir.
Y me hablo de un Ángel, que para el, siempre estuvo en el cielo, y en su corazón.

Me habló de música, y de algunos libros, me hablo de cine! (que barbaridad como sabia!).

Le pagué otro café.

y cuando me di cuenta, una señora me dijo...

- Disculpe muchacho...¿ Con quien esta hablando ?

 - conmigo mismo. -

Vuelta al plano de mi mismo.

Carrousell.

martes, 13 de mayo de 2014

Adiós.



Te vi nuevamente...

Esta vez la intención es
...no ser mas...
Perderme 
en los proyectos de tu insomnio...
como me perdiste
escapando.

El conocimiento que
dan los sentidos
es parcial...

Puedo oírte de verdad...
pero puedo sentir esas palabras
como mentiras. 

A pasado tiempo...

Ya te había dado un ultimo abrazo...

tal vez no lo recuerdes...

El pasado es plástico. 

casi para moldear.