Canalizó como un rayo el desastre.
Lo canalizó en súbitos golpes diversos
en diversas direcciones,
tanto energéticas, físicas y verbales.
Eso hizo que su voz tan suave y dulce
ahora se mantenga donde nos conocemos todos.
Nuestros secretos dormirán en ropa de invierno
como duermen los secretos
de la que amaba hace tanto tiempo
que ahora no recuerdo su nombre.