martes, 29 de abril de 2014



V


Aveces, mas que nada en tardes como esta, te recuerdo mas que en el común de los días. Permanezco inmobil, recordando, como si la mente se pusiera a ver una película proyectada en mi cerebro. Es muy duro... es casi imposible contemporizar el sentimiento en mi pecho, todos los miedos que sigo teniendo, Todas las ganas de abrazarte que conservo, todos los recuerdos, algunos tristes... que me hacen tanto mal. Y es la increíble belleza de la vida que me hace pasar por estos momentos. Como casi todos los días, llegando a la noche, cuando te apareces en mi habitación, a leerme fragmentos de algún libro, a pelearme, o a abrazarme por teléfono, a destaparme o sin querer, o al casi tirarme de la cama. 
Es mas doloroso el sentimiento cuando pienso que ya no tengo que volver atrás, que vos decidiste bardear, o irte, o no tomarme tan en cuenta. Fueron tantos los parches, los nuevos intentos, que ya no se que prefiero si el día de hoy apareces nuevamente como lo hiciste ya varias veces. 
Casi tengo una certeza de que estoy escribiendo esto para al fin desahogarme, y lograr que no me duela tanto ya la situación, que para mi no tiene vuelta atrás. Tal vez, el día de hoy hasta mis amigos, mi familia, todos me dieron la espalda... y no se a quien acudir. Me encuentro solo y no deja de dolerme. 
Es que hay tantas historias, tantos momentos que no se porque, pero fueron mágicos. 
Igual, si lees esto, no vuelvas, dejame solucionar todo el mal que me hiciste, que se que me esta costando y me va a seguir costando. 
Lo que queda es aprender a cerrar la puerta de esa cárcel en la que caí varias veces para vos.

Pero hay una parte de mi que murió. 
Y se esta pudriendo.


Quiero amar entre los muertos.