En la quietud de las tardes de invierno
no yacen mas que los recuerdos adheridos
a infinidad de palabras en mi mente.
Crispadas visiones nocturnas,
surcan las articulaciones pretéritas
de miles de pequeñas muertes.
Recostarme, y esperar
que mi inconstante inconsciente
me lleve a pasear.
Un oasis, como documental,
donde aya encontrado la posibilidad
de unirme en su piel.
Ellas llevan en si
la marca de mi muerte.